EL ORIGEN Y EVOLUCIÓN DEL PERIODISMO EN MÉXICO
La primera imprenta en América fue precisamente instalada en
nuestro país. El germen periodístico
nació en México con pequeñas notas informativas que daban cuenta de hechos que
acontecían no sólo en México, sino en los demás reinos españoles en América.
Pero no fue sino hasta la aparición de las hojas volantes que se comenzaba a
manifestar el quehacer periodístico en nuestro país. Se informaba sobre los
acontecimientos que se suscitaban en los diferentes reinos novohispanos, así
como algunas notas de acontecimientos españoles y las buenas nuevas de los
viajeros que llegaban a la nueva España. Pero distaba mucho de lo que sería el
periodismo contemporáneo, ya que su uso era más bien utilizado para relatar
historias exageradas y que muchas veces rayaban en lo grotesco y mágico.
Pronto las gacetas dejaron este tipo de estructura y
entonces serian de vital importancia, para una nueva España que se había desarrollado
con nuevas clases y necesidades. Por lo cual, las gacetas serían una
herramienta importante para informarse sobre lo acontecido en España y sus
designios sobre sus reinos en el nuevo mundo, lo cual trastocaba la vida social,
económica y política de la nueva España.
En la época de la guerra de independencia, el periodismo fue
un factor importante que ayudaría a los criollos en su lucha por la
independencia de España.
Los criollos que intentaban sublevarse contra la corona
española y buscar la ansiada independencia, tuvieron en los periódicos una
herramienta para de alguna manera influir en la opinión de las elites que los
leían, y de los que como Lizardi, tratan de hacer llegar a todos en la nueva
España, no sólo a las elites. Fue tal la importancia de los periódicos como
escenario de ideas y sueños libertarios que es Miguel Hidalgo uno de los que en
este fervor independentista, de manera clandestina en Guadalajara funda El
Despertador Americano, uno de muchos diarios que ayudarían a transmitir las
ideas de un movimiento criollo que tomaba cada vez más importancia para toda la
población mexicana. La prensa era perseguida por su carácter político y crítico
hacia la figura de la corona española en México.
Atrás habían quedado aquellas hojas volantes y gacetas que
se ocupaban más de alimentar el morbo novohispano; el periódico era usado como un medio de poder
y de oposición a los designios reales y sus vicios.
Con el triunfo de los independentistas, y ante el reconocido
impacto de los diarios en la sociedad mexicana,
Agustín de Iturbide decide dar a conocer los pormenores y devenires de
esta nueva etapa por medio de los diarios, sabiendo el alcance que esto traería
al llevar la consumación de la independencia y sus por menores a todos.
El periodo posterior a la independencia estuvo marcado por
una gran disputa partidista por cómo llevar el rumbo del país y el consecuente
desorden que esto desato a lo largo del país. La disputa entre liberales y
conservadores fue una constante, así como las guerras que se suscitaron durante
este periodo y que dejaron un país devastado y en bancarrota.
Es en estos años y ante los acontecimientos que se
suscitaban que el periodismo sufrió pues un auge meramente partidista. Existían
periódicos conservadores y otros liberales, cada uno manejaba su visión y su
línea, con la cual buscaban transmitir las ideas y os valores que les
merecieran el apoyo de la mayoría de la población. No fue fácil pues esta
transición, no olvidemos que Iturbide, echo mano de los periódicos para mostrar
su visión y tratar de seguir legitimando su mandato en el país en su diario La
Gaceta Imperial del Gobierno de México, entre otros que simpatizaban a su
causa.
Este clima hizo que la posición con respecto a la prensa
fuera cambiante, mientras muchas veces fue perseguida, en otros gobiernos fue
tolerada. Más sin embargo estas persecuciones, sobretodo en el mandato de Santa
Ana, dieron vida a revistas literarias, en las cuales se pudieron canalizar
otros contenidos, más sin embargo no dejaron de tener un tinte político y
crítico. Destacaron tres personajes en el periodo de la Reforma y
posteriormente, los tres liberales radicales que apoyaron la época de la
Reforma y que serían grandes
colaboradores del periódico Siglo XIX: Francisco Zarco, Ignacio Ramírez “El
Nigromante” y Guillermo Prieto. El periódico mantuvo un aspecto crítico a los
diferentes gobiernos, lo que lo hizo sobresalir ante la sociedad y la opinión
pública.
Un diario que logro convertirse en un referente nacional, de
gran alcance y con gran acogimiento social fue el Siglo XIX. Su postura que
buscaba la unidad nacional, aunque no lo logro por completo, hizo eco después
de la guerra contra Estados Unidos, la fragmentación nacional sería por un
tiempo algo desconocido para los mexicanos.
Pero sin duda el gran logro, fue que la información de
periódico lograba alfabetizar a mucha gente, ser punto de encuentro para
debatir los acontecimientos nacionales, y un gran referente de la opinión
pública y de los políticos respecto a esta. Ya que logro disminuir las barreras
que existían entre los letrados y la sociedad general. Y además ser un
contrapeso político.
Si bien la censura gubernamental y la calumnia por parte de
otros diarios fue constante, la posición del diario fue siempre la de informar
a como diera lugar, sin importar la cárcel etc. Fue así que salvo un decreto
presidencial, ni siquiera el mismo Santa Anna logró acallar las plumas de este
diario. Ya con Juárez y su lucha de tres años por la Reforma, se abría otro
horizonte periodístico en México, y claro un acontecimiento muy importante, la
guerra francesa.
Un hecho interesante fue la reelección de Benito Juárez,
muchos diarios criticaban la decisión, mientras que el diario siglo XIX que era
para ese entonces Juarista, defendía el hecho. Esto nos muestra el punto de
lucha de los diarios, en el aspecto ideológico que estaba en sus adentros.
Con la muerte de Juárez y el arribo de Díaz al poder, la
política en los individuos dio paso a una sociedad más pragmática. Aunado a
esto, el periodismo de clase obrera surgía, y aunque la política siempre
continúo en los contenidos de los diarios, la divulgación científica e
histórica, así como el contenido literario comenzaban a mostrarse en las
páginas de los periódicos.
Eso sí, ante la falta de un medio que legitimara a Díaz,
nació El Imparcial, un diario oficialista que siempre defendió las acciones
gubernamentales.
Después de la muerte de Juárez, y el ascenso de Díaz al
poder, la prensa tuvo un cambio encaminada a la unidad nacional. El progreso
era visto pues como un denominador común para el país. Acabar con el
sentimiento de lo extranjero como sinónimo de lo mejor y el menosprecio hacia
lo propia fue una constante hasta lo que fue la segunda reelección de Díaz.
El positivismo que veía en el progreso la unidad nacional, y
el camino hacia una realización nacional fue también una constante que se
encaminaba a la industrialización que durante el periodo de Díaz el país vivió.
La prensa tuxpeca que nacía con la declaración de guerra
contra Juárez por parte del general Porfirio Díaz, tuvieron choque con los diarios que apoyaban
a Juárez, su muerte en 1872, dejo a la deriva esta prensa tuxtepeca. Pero el
gobierno interino de Lerdo fue golpeado por la prensa de Díaz también.
Mientras la prensa oficial hablaba de la paz, la prensa
opositora caricaturizaba a la nueva burguesía porfirista, pero estos tildaba de
metafísicas sus críticas y de obstruccionistas. México que estaba en la
bancarrota había abierto las puertas a las empresas extranjeras.
Nace entonces otra oposición, la clase obrera impulsa la
prensa obrera. En esta se pone de manifiesto las carencias y abusos de las
empresas extranjeras hacia los trabajadores. Los gremios formados por estos
buscan socializar sus demandas y poner en relieve su problemática. Es
interesante como Díaz ante los grupos que lograron unirse, los disocia
comprando a muchos de ellos y encarcelando a los que se resistieron. Aun así,
los gremios obreros continuaron organizándose y podemos ver en sus exigencias
cuestiones interesantes: la no participación en las elecciones, la emancipación
de la mujer, la creación de cooperativas y la difusión de las organizaciones ya
existentes.
Durante el porfirismo la censura fue una constante, si bien
su era comenzó con un intento de conciliación con muchos diarios, su libertad
se fue minando. Muchos de los periódicos fueron clausurados y muchos de sus
editores fueron desterrados del país. Aunque siguieron publicando de manera
clandestina y tratando de que las publicaciones llegaran al país.
Sin embargo, muchos periódicos extranjeros tuvieron un auge
dadas las condiciones que Díaz ofreció, y los capitales que tenían invertidos
en el país. Inclusive se les agradecía su injerencia.
Pero una nueva manera de represión hacia la prensa nación en
esta época: la presión económica hasta su eliminación. Pero fue entonces que la
prensa se comenzó a concebir como una empresa, ejemplo de ello fue El
Imparcial, que con claro apoyo gubernamental salió a la venta por un centavo.
Este periódico tenía su influencia en los diarios norteamericanos y fue
producto de los primeros linotipos que llegaron al país.
Muchos de los diarios no lograron sobrevivir. A pesar de que
algunos periódicos independientes continuaron publicando, en sus páginas hacían
eco de la represión que vivían, los cateos e inclusive los asesinatos. Fue así
que muchos se vieron forzados a escribir en el anonimato y en una baja de 300
periódicos (contabilizados en 1883) a 200 en el año de 1891.
A pesar de que le bienestar económico lograba llegar hasta
las clases populares, la oposición a Días iba en aumento. Los estudiantes
comenzaron a adherirse a los grupos opositores existentes. Pero no duraría
mucho su apoyo, ya que muchos fueron encarcelados y multados, pero fueron perdonados
muchos de ellos que se adhirieron al régimen, con lo cual se disipo su
actuación en los diarios y el régimen pudo seguir manteniéndose sin mucho
ruido.
La oposición seguía satirizando al régimen y el diario El
Hijo del Ahuizote daba clara muestra de ello. También muchos de los diarios de
oposición terminaron a formar parte del aparato gubernamental. La represión
volvió a obligar a la publicación de revistas donde la censura era casi nula.
En estas revistas el arte y la cultura, así como los artículos científicos
tuvieron un gran auge. Pero así como muchas duraron muy poco, algunas
comenzaron a consolidarse.
Grupos liberales volvían a exigir la democracia y la prensa
nacional volvió a despertar y a transformarse. Es así que el diario
Regeneración de los Flores Magón y Armando Horcasitas ve la luz en 1900. Pero
la represión se incrementó una vez más, tanto que las elecciones de aquel año
pasaron totalmente inadvertidas.
Díaz sufrió una enfermedad, durante ese corto periodo las
pugnas por el poder no tardaron en emerger, lo cual dio asueto a los liberales
que volvían a buscar consolidar un grupo opositor. Mas sin embargo en 1902 al
regreso de Porfirio Díaz, estos grupos fueron disueltos de nuevo, e inclusive
clausurados sus diarios y muchos de ellos encarcelados y juzgados ahora por un
juez militar (muchos de ellos ya habían sido liberados de las cárceles en donde
purgaron sus condenas anteriores). Un delito de prensa fue turnado a la
jurisprudencia militar, algo nunca visto.
La oposición sin embargo, se exilió, tuvo su centro de
operaciones en Estados Unidos, y desde ahí se siguió publicando para el pueblo
mexicano. Aunque de manera clandestina se publicaba, lograron establecer grupos
de apoyo que congeniaban con sus ideas, lo cual fue una constante hasta la gran
crisis de 1908. Díaz seguía condenando a muchos periodistas sin compasión, su
posición para el exterminio total de la oposición y sus ideas contra era más
que nunca una prioridad, la opinión pública sabía más de lo que él deseaba.
Después de una entrevista hecha en estados unidos donde
Porfirio aseguraba que estaba dispuesto a dejar el poder, democráticamente, que
el pueblo ya estaba listo, La oposición comienza a organizarse, y la prensa es
otra vez una aliada más. Si bien Díaz termina por renunciar, los intentos que
hubo por parte de Madero y Carranza, con la ayuda de sus respectivos diarios y
el apoyo de un pueblo que exigía y demostraba su inconformidad con el gobierno
porfirista, el germen revolucionarios esta por desarrollarse.
Por último habrá que resaltar como la caricatura mexicana
fue un gran ingrediente dentro de esta época, y que en ella el reflejo de los
acontecimientos nacionales fue satirizado de manera increíble. El hijo del
Ahuizote como su principal exponente, y gente como Posada, como autores
magistrales de una crítica punzante y artística, que conectaba con el pueblo y
que sobrepaso la función ilustrativa como tal.
En la revolución la prensa nacional gozo de una libertad que
nunca se había visto. De la mano de Madero y su Plan de San Luis, esto se llevó
a cabo al grado de que fue la misma prensa la que termino por desprestigiarlo.
Madero al ascender al poder nunca imagino que la prensa se desbordaría en
información que muchas de las veces carecían de fuentes y más bien eran dimes y
diretes de barrio. La prensa se vio rebasada por esta libertad, a la par, las
políticas que Madero adopto cuando veía fuera de control a la prensa fue
reprimirla, como la anterior dictadura, aunque no fue tan mordaz, las tomas de
imprenta e incendios volvieron.
Madero tuvo varios desaciertos políticos y otros de mala
estrategia, ya que inclusive el diario El Imparcial fue adquirido por el
gobierno, pero la plantilla porfirista no fue removida. A la postre el
asesinato de Madero fue el epitafio de su corta y empantanada etapa al frente
del país.
Por otra parte los diarios revolucionarios divididos según
la filiación que se tenía, Carrancista, villista, zapatista u oficialista
(Huertistas a la muerte de Madero), todos enfrentaban las carestías de papel,
tinta etc. Cabe mencionar que en esta etapa, con Carranza en el poder, los
diarios independientes como tal no existían, todos estaban bajo la influencia
de Carranza y su constitucionalismo. Es así como surge El Universal con
Palavicini, ya con el uso de maquinaria estadounidense. El Nacional fue el
único que podía decirse independiente, pero fue clausurado en 1917 y reapareció
en 1921, ya como un órgano de difusión gubernamental para el PRN después PRI.
Si bien con Carranza la libertad de prensa también estuvo
presente, un nuevo periodismo vería la luz a la caída de Carranza, la época
posrevolucionaria había traído nuevos retos y nuevas consecuencias para el
país, un nuevo diarismo surgiría entonces en el país como espejo de su
sociedad, un periodismo monopolizado y capitalista.
La prensa pasaba pues a ser un producto comercial en la
nueva sociedad mexicana. Su estilo estadounidense en cada uno de los periódicos
estaba presente: propaganda. Además de que el modelo a seguir era el
estadounidense. En México la prensa seguía siendo algo de elite, no todos
tenían el acceso a sus páginas. Y muchos de los intelectuales de aquellas
épocas utilizaban la prensa, según dice Monsiváis, como una universidad pública
donde se esgrimían debates intelectuales, de los cuales la mayoría no entendió
nunca el porqué, ni los contextos, fue excluido y nunca fue invitado a
participar.
Nacían más periódicos cuyo objetivo era vender y mantener al
público atento a la información, una información que no era precisamente
informativa. Las noticias eran una carrera por el hecho más increíble o
escandalosos, con desplegados que por su inmediatez no estaban diseñados para
ahondar o seguir la noticia, lo efímero era lo vendible.
Hacer periodismo en esta era no era barato, es así que
muchos diarios desaparecieron, sobre todo los de provincia, además excepto la
ciudad de México, en provincia aun la represión periodística era fuerte, los
cacicazgos se mantenían fuertes y no era tarea fácil. Además el gobierno crea
una empresa reguladora de papel, con la encomienda de reducir los costos de
prensa, sin embargo esto le daría el control de la venta y por tanto, una
manera de presión hacia los diarios mismos.
En 1968, el periodismo tendría otra catarsis. El Excélsior
fue un ejemplo del periodismo que se venía dando y que en 1968 también se ve
trastocado, no es ya un periodismo de ataque al contrario, sino un periodismo
que si bien informa de manera más clara, y de alguna manera crítica, no deja de
ser comercial, su posición demostró que la censura continuaba dándose en el
país.
A la caída de los estudiantes, también cayó años después la
de Julio Scherer al frente del Excélsior pero la oleada de diarios que
comenzaron a surgir mostraba el fruto de lo sembrado por aquella coyuntura
nacional. Surgieron muchos, unos al desaparecer otros, pero se ganaba un poco
más de libertad, aunque condicionada. Pero producto de su comercialidad, el
amarillismo y la nota roja, serian en muchos de los diarios el aumento de
tiraje y ganancias.
A final de cuentas, en todos los casos que revisamos en la
era moderna, los dueños de los periódicos son prominentes empresarios, que
veían en el auge del periodismo mundial, un negocio redondo, tal y como se
vivía en estados unidos. La libertad estaba coartada para el periodista, el
editorialista, etc. Los intereses y favores entre empresarios y políticos no
era algo nuevo, y esto causaba muchas de las veces conflictos y ceses
inmediatos, así como censuras editorialistas, como la que inclusive ejerció el
Excélsior en aquel fatídico 1968.
Sin duda el trabajo y quehacer periodístico no es una
práctica sencilla, conlleva una infinidad de relaciones y procesos que, en es
en ese recorrido entre buscar la nota y la redacción, que mucha información no
encuentra cabida, y es esa libertad condicionada la que impera.
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