LENGUAJE TELEVISIVO.
El lenguaje televisivo está determinado por su naturaleza
visual y auditiva. En ella, se conjugan el lenguaje visual o imágenes (lenguaje
del cine), el lenguaje auditivo verbal y no verbal (lenguaje radiofónico) y el
lenguaje periodístico, sobre todo, en las informaciones (noticias, reportajes,
etc.).
Si reconocemos cierto orden y reglas que rigen la puesta del
mensaje televisivo, heredados de los lenguajes ya mencionados y adaptados a su
condición de producción, estamos en presencia de ciertas gramáticas y sintaxis
que constituyen el lenguaje. Para poder comprender cómo funcionan los
programas, debemos conocer cómo se articulan. He aquí algunas herramientas para
su comprensión.
Algunas características generales del lenguaje televisivo:
Fragmentación: los distintos programas pierden autonomía por
la franja publicitaria. Los programas en general están pensados para ser
presentados en bloques, si bien ellos son parte de un todo, deben considerar su
valor como unidad, al presumir la incorporación de televidencia, que requiere
de resúmenes o reiteraciones de contenidos en bloques anteriores, para capturar
su atención.
Apertura o falta de cierre: no concluye nunca, es el propio
espectador quien determina la duración del mensaje. La práctica del “zaping”,
las transmisiones permanentes y la repetición, son condiciones materiales de la
relación entre el medio y el televidente.
Espectacularidad: su ingrediente esencial es el espectáculo.
Es la relación de un espectador expuesto a la exhibición de una escena. Una
relación donde el espectador concurre al llamado, por diversas fuentes de
interés, intención y voluntad, a la entrega de puestas en escena, en las que se
sostienen o alimentan varias formas de lenguaje. La espectacularidad está
situada como una forma exacerbada de ciertos elementos de estos lenguajes para
una captura en el tiempo del espectador: la música, las luces, el color o su
ausencia, la imagen, el ritmo, etc.
El discurso televisivo transmite códigos ideológicos
tradicionales. Si revisamos las premisas reglamentarias de la televisión, nos
daremos cuenta de los valores, aunque muy generales, con los cuales se
construye el discurso televisivo.
Incitación al consumo. La condición de la televisión
chilena, como veremos más adelante, está determinada por el financiamiento con
publicidad comercial. Al ser ésta la
fuente principal de financiamiento, las empresas avisadoras tienen una alta
injerencia en el tipo de programación y los modelos de audiencia a construir.
Las programaciones televisivas están destinadas a competir para capturar
televidencia franjeada, según edades, intereses, clasificación social, en la
que los avisadores tengan mayores certezas del resultado de sus productos o
servicios.
Banalización de contenidos. Al estar la televisión determinada
por las condiciones de financiamiento ya expuestas, requiere de las mejores y
altas televidencias. Surge así la “necesidad” de generar un discurso apreciable
por todos, un mensaje que sea entendido por las grandes masas de consumidores,
instala la puesta en circulación de discursos con una mínima profundidad y máxima extensión de
temas. Los avisadores no invierten en publicidad para programas de baja
expectación. Programas demasiado específicos no son franjas de interés para los
avisadores, prefieren una programación masiva y totalizante.
Predominio de lo emocional sobre lo racional. Los programas
televisivos presentan mecanismos que se estructuran de forma
narrativo-testimonial, mediante imágenes y relatos, que apuntan a un modelo
lúdico-afectivo, modelo opuesto al modelo racional-analítico, basado en la
lecto-escritura.
De la imagen
El tratamiento de la imagen en televisión es heredero de las
tradiciones de la cinematografía. Por ejemplo: en los formatos informativos, la
imagen es fundamental para complementar la noticia periodística pues le da
credibilidad al mostrar los momentos precisos en que ocurren los hechos. También presenta una dramatización, donde el
manejo de la intensidad, el tiempo y el ritmo se dirigen a la captura del
televidente, provocando empatía, reacción social y personal frente a lo que
está viendo. Las imágenes pueden ser más importantes que el lenguaje verbal que
informa y describe los hechos.
En el caso de los programas de entretención, las imágenes
favorecen el espectáculo, tornándolo más atractivo; en los programas de
orientación (denuncias sociales y reportajes), las imágenes provocan en el
receptor una reacción que le evoca sus problemas sociales y personales, pues
ellas lo enfrentan a realidades, personas y situaciones que lo reflejan.
De la palabra en TV
Aunque la imagen posea la mayor fuerza en el mensaje
televisivo, propio de soportes audiovisuales, donde el contexto y texto están
determinados por la narración de la imagen y el sonido, el lenguaje verbal
cumple la función de acompañamiento, que refuerza, valora, comenta e
interpreta.
El mensaje verbal debe ser:
Conciso: debe entregar la información en pocas palabras,
evitando las reiteraciones innecesarias.
Claro y preciso: deber ser de fácil comprensión para todo
espectador.
Amplio: debe evitar el lenguaje muy especializado, ya que
los contenidos se dirigen a todos los espectadores.
Dinámico: lenguaje ágil y con entonaciones diversas, para no
provocar cansancio y distracción.
De la música y efectos sonoros en TV
Fundamentalmente sirven de refuerzo, contrapunto, de énfasis
o continuidad a las imágenes, provocando en el receptor reacciones emocionales
diversas, según su finalidad. Debido a que el receptor televisivo es diverso, heterogéneo
y circunstancial (ambiente familiar o público), las señales sonoras y la música
deben ser atractivas, repetitivas y sugerentes para captar su atención.
Todos los programas, desde las cortinas de iniciación de
transmisiones, pasando por noticieros, transiciones, misceláneos, informativos,
etc., tienen un responsable de musicalización que además de estudiar y
reconocer los requerimientos de cada programa, está al tanto de las tendencias
musicales imperantes y propone, cual DJ, opciones de musicalización o efectos,
posibilidades que están condicionadas por la temática y el carácter narrativo
de las imágenes.
FUNCIONALIDAD DE LA TELEVISIÓN.
¿Es la televisión el agente socializador más influyente en
nuestra actualidad mediática? Podemos afirmar que el estudio sobre el papel
socializador del medio televisivo es desde ya muy complejo. Desde su llegada,
la televisión parece haberse introducido en los hogares y ha ocupado cada día
un lugar más importante. Se cuestiona su papel en cuanto a la difusión de la cultura
y de los valores sobre los que ésta se sustenta. Nuestra hipótesis de trabajo
es que la televisión transmite valores al telespectador, influyendo en sus
actitudes y su cultura, y es especialmente el serial televisivo, el género más
influyente –la ficción resulta más eficaz para influir que la no ficción-. Sin
embargo, hay una serie de conceptos que hay que tener en cuenta para poder en
definitiva afirmar con total certeza dicha proposición. Además, nos preguntamos
si los valores transmitidos pueden ser considerados positivos o si son
percibidos de manera negativa.
Como dice Sánchez Noriega, “los medios tienen mucha
importancia en la socialización de normas, valores y expectativas de conducta”
(1997:149). Los medios, y especialmente el medio televisivo, están asumiendo un
papel creciente como instrumentos socializadores en detrimento de los que
comúnmente se denominan agentes tradicionales, como lo son la familia, la
escuela y la Iglesia. “Los medios de masas audiovisuales e informáticos han
sustituido a las instituciones que tradicionalmente habían llevado el peso del
proceso socializador, instaurando nuevas formas de comunicación y de
interpretación de la realidad”.
Los expertos atribuyen a la televisión una importancia
considerable en la socialización de valores, normas, actitudes y opiniones. De
todos modos, la televisión (TV) no es omnipotente sino que depende también de
las mediaciones en torno al medio, de los grupos de pertenencia: tanto la
televisión como la cultura constituyen un conjunto de mediaciones que se ponen
en juego en la interacción entre la TV y la audiencia. La TV legitima y circula
significados, los cuales son instruidos por otros agentes: es un medio técnico
y además una institución social. Las autoras García Corona y Martín Ramos
(1998) conciben que
“El peso educativo de la TV no puede atribuirse sólo al
tiempo del visionado o al contexto vehiculado sino que fundamentalmente es la
interacción entre el medio y el espectador en un contexto dado por lo que
ejerce la acción más profunda. El verdadero mensaje de un medio viene dado por
los cambios que éste produce en el entorno que se inserta, el medio es el
mensaje”.
Centrándonos más precisamente en los valores y citando a
Medrano, Cortés y Palacios (2009: 57), “[…] en el contexto americano algunos
trabajos (Potter, 1990; Nelson, Dong y Tan, 1997) demuestran que la televisión
transmite valores convencionales de la clase media americana: ser honrados,
esforzarse por el trabajo, el bien que vence al mal, sentido del deber, etc.,
que representan a su sociedad y, a la vez, socializa a sus miembros.” No
obstante, la televisión transmite también valores negativos, como actitudes
egoístas, de excesiva violencia, simplificación o exageración de temas
complejos como el medioambiental.
En otro orden de cosas, ciertos estudiosos consideran a la
televisión como “un vehículo de información casi siempre inútil, dominado por
intereses económicos y capaz de producir efectos negativos en el individuo,
mucho más negativo si se trata de un niño” (Alberto Andrés, 1994). Se tiende a
considerar negativamente a la televisión porque se dice que hace a la audiencia
más pasiva.
Como explica Yolanda Montero Rivero en su libro Televisión,
valores y adolescencia, “La televisión realiza esta función socializadora
fundamentalmente mediante el entretenimiento – a través de los relatos-, pues
la ficción puede ser mucho más eficaz que la no ficción a la hora de influir en
las opiniones de la gente” (Montero Rivero, 2006: 21). Y concluye afirmando que
el género de ficción con mayor capacidad de socialización es la telenovela.
“[…] los seriales aluden a importantes sucesos de la actualidad en el mundo
exterior, tratando de hacer coincidir ficción y realidad” (2006). El
telespectador se identifica con los personajes.
“Se ha demostrado que los valores sociales encarnados por
personajes de series de ficción televisiva, a veces, son transferidos a los
telespectadores. Se han dado casos en los que un tema tratado en un serial
televisivo ha conseguido mayores niveles de concientización social que las
informaciones reales o las meditadas campañas de publicidad programadas al
efecto.”
Aquí podemos citar como ejemplo la tira “Vidas Robadas”, que
se emitió por Telefé durante los años 2008 y 2009, cuya historia se desarrolla
en el marco del secuestro de mujeres por una red clandestina dedicada a la
trata de personas para obligarlas a ejercer la prostitución. El programa logró
concientizar a nivel masivo sobre el tema, lo cual no había sucedido hasta ese
momento. Otro ejemplo es “TV por la identidad”, una serie de televisión
integrada por unitarios, también emitida por Telefé, con el fin de crear en la
sociedad conciencia sobre la situación de los niños que aún permanecen
desaparecidos y privados de su identidad. Podemos destacar entonces que la TV
no sólo entretiene sino que realiza también una socialización afectiva.
Seguimos con el desarrollo de nuestro trabajo y nos
centramos ahora en la adolescencia, etapa en la que adquirimos valores y en la
que determinamos nuestra identidad. Definimos identidad como el resultado de
las interacciones con el entorno social, producto de las relaciones que cada
individuo establece con otros individuos, instituciones o situaciones sociales.
Los medios, y en especial la televisión, ocupan un papel no menor en la
construcción de la identidad porque, como sostiene Montero Rivero (2006: 50),
aludiendo a la consideración de McLuhan sobre los medios como extensiones del
hombre durante la década de 1970, “desde que fueron inventados, [los medios]
vienen acompañando y dando soporte al proceso de formación de la identidad, (…)
y ofrecen patrones de comportamiento y de relación social mediante los que
transmiten valores”.
Por otro lado, podemos afirmar que el adolescente es un ser
en constante cambio y evolución, y que los valores también cambian de unas
épocas a otras:
“(…) en nuestros días, la caída de la autoridad paterna, los
nuevos roles sociales alcanzados por la madre, la disminución del tamaño de la
familia, la enorme influencia de los medios de difusión social (radio,
televisión, etcétera), junto con el crecimiento de las organizaciones y la
burocratización de los contactos humanos, han cambiado el papel y los valores
sociales dominantes de los adolescentes.”
Los adolescentes usan los medios, y en especial la
televisión, para entender la sociedad; buscan modelos con los que identificarse
y extraen opiniones. Según Arnett (1995) y sobre la base de un conjunto de
investigación empírica, los usos que los adolescentes hacen de los medios son:
entretenimiento, formación de la identidad, experimentación de sensaciones,
escapismo e identificación con la cultura adolescente. De esta manera, resulta
razonable decir que los medios contribuyen a la socialización de los
adolescentes, entendiéndola como “el proceso por el cual los individuos, en su
interacción con otros, desarrollan las maneras de pensar, sentir y actuar que
son esenciales para su participación eficaz en la sociedad” (Vander Zanden,
1986: 126). El adolescente no es un ser pasivo ante la televisión, como se
creía, sino que es activo, construye y reconstruye significados, interpreta y
reinterpreta.
Según investigaciones realizadas en Estados Unidos, los
adolescentes se involucraban como ningún otro público con los personajes y las
tramas de los seriales televisivos, lo que nos permite pensar que resulta ser
este tipo de programas, una influencia importante en el desarrollo del
individuo. Sin ir más lejos, en Argentina podemos mencionar muchas de las
producciones de Cris Morena, tales como Rebelde Way o Casi Ángeles actualmente,
seriales con los que los adolescentes se identifican y siguen hasta el punto
que muchos llegan a adaptar sus actividades a los horarios de su serial
favorito. Generarán luego conversaciones sobre estos programas que son
definidas por Barker y Andre (1996: 23) como «constitutivas de identidad, en
cuanto que los jóvenes negocian a través de tales conversaciones sus
entendimientos compartidos sobre cómo “continuar” en su sociedad, especialmente
en lo que se refiere a las relaciones interpersonales». Son los seriales
entonces utilizados para formar y clarificar ideas sobre la identidad. Sin
embargo creemos que, como afirma Yolanda Montero Rivero (2006), la
identificación con los sujetos de la televisión puede derivar en una pérdida de
protagonismo o autonomía responsable de cada persona para ejercer su propio
destino, viéndose influenciado por lo que ve en la televisión. A su vez,
Medrano Samaniego y Palacios Navarro (2006) afirman que “la capacidad de
influencia de la televisión no es ni tan directa, ni tan generalizada como en
muchas ocasiones se prejuzga. No obstante, resulta necesario aprovechar el
propio medio como instrumento de comunicación y educación de las nuevas generaciones”.
Que la televisión influya positiva o negativamente, dependerá de las
mediaciones más importantes de los adolescentes, pongamos, por caso, la
familia.
Llegamos a un punto final en el cual sostenemos que la
televisión es un medio cada vez más importante en la socialización de normas,
valores y actitudes. La televisión transmite tanto valores positivos como
negativos. Pero la influencia que ejerza en el individuo no va a depender tanto
del contenido del medio como del contexto en el que se recibe el mensaje. Aquí
entra en juego el papel de la familia y la escuela, agentes socializadores por
excelencia. Si nos referimos a la adolescencia particularmente, la cual
definimos como una etapa en la que adquirimos valores y somos más vulnerables,
podemos determinar que los adolescentes usan los medios para extraer opiniones
acerca de la vida y también para buscar modelos con los que identificarse. Es
factible que los medios cumplan un papel importante en la transmisión de
valores. A su vez, llegamos a la conclusión de que es mediante la ficción que
los mensajes producen cambios más profundos en el espectador –más aún en el
adolescente-, lo cual podríamos atribuírselo a que estos ofrecen acciones,
situaciones y sucesos sociales muy parecidos a lo que es el mundo real pero sin
realmente serlo.
Diversas funciones de la televisión.
La televisión, además de ser una herramienta importante en
la comunicación la sociedad mexicana se
ha encargado de darle aún más importancia de la que merece, ya que en la
actualidad vemos que la gran mayoría se enajena, se deja lavar el coco, se
apendejan, y sobrevaloran la mala información que las cadenas televisivas se
encargan de propagar jugando así con la mente débil y manejable del individuo
en este país. Siendo que nosotros mismos somos los únicos responsables ya que
es imposible apagar el televisor y terminar de alimentar a esos empresarios
corruptos as los que les gusta alimentarse de la ignorancia del pueblo y que
lamentablemente no podemos dejar de ver la mala información con la que nos
tienen limitados y esclavizados.
GÉNEROS TELEVISIVOS.
Productos audiovisuales en la Industria Televisiva
Dentro de la información que transmite una estación
televisora podemos encontrar diversos tipos mensajes con objetivos y fines
variados; en forma de campañas en spots y cápsulas, a saber: publicidad,
propaganda y relaciones públicas; mensajes de promoción, identificación y
servicio social, y, por supuesto programas televisivos.
Fuentes:
[1] Spots.- Son anuncios pagados de diversa índole,
publicidad, relaciones públicas o propaganda, con duración de 10 hasta 60
segundos
[2] Cápsulas.- Se refiere a segmentos pagados entre 1 y 5
minutos con temas unitarios que no pertenecen al programa pero que se insertan
en él. Los casos más comunes se dan durante los segmentos comerciales de los
Noticieros estelares, que hacen parecen que forman parte de él.
De campañas
Publicidad (Pc)
Se puede definir como: “una técnica de persuasión de los
consumidores a través de la creación de recursos de información, esencialmente
propagandísticos, que promueven las ventas de servicios y productos para un
mercado”, es decir, tiene un fin lucrativo.
Propaganda (Pp)
“Es toda acción que se lleva a cabo sobre la opinión pública
para conducirla hacia determinadas ideas políticas, sociales o religiosas, para
conseguir el apoyo hacia un partido (o candidato), gobierno, institución religiosa,
o persona en concreto”.
Relaciones Públicas (RP)
Anuncios diseñados para mantener una buena imagen de la
persona, empresa o institución que se promueve para vincularse con el público y
sociedad con el cual quiere servir.
Fuentes:
[1] Definición de Publicidad según Luis Antonio Rosario
(1991) Comunicación y Sociedad Puertorriqueña. Iberoamericana de Ediciones Inc.
Puerto Rico.
[2] Definición de Propaganda según Aguadero Fernández,
Francisco. (1997:151) La cultura Audiovisual. Madrid. Editorial Ciencia 3.
De promoción, identificación y servicio social
Son anuncios que promocionan los programas propios de la
estación, o estaciones del mismo grupo empresarial. Por lo general, incluyen
nombre del programa, día(s) de transmisión y horario(s).
Si son canales nacionales e internacionales los
promocionales tienen un triple objetivo; de servir como gancho comercial para
vender espacios en esos programas a los anunciantes, para promover programas de
bajo auditorio, y para que las estaciones repetidoras y proveedores de cable
los bloqueen con anuncios locales.
Identificaciones (Id)
Son los mensajes que se emiten para identificar las siglas,
frecuencia y frase de llamada (slogan), de una estación televisora (incluyendo
las repetidoras), a solicitud expresa de la Ley de Radio y Televisión. En ellas
se incluyen aspectos de mercadotecnia como logo, jingle, voz en off del locutor
propio de la empresa. Cuando se trata de cadenas o estaciones de cobertura
amplia se elimina la frecuencia o canal de recepción para dar pie al concepto
grupal (nombre del grupo, colores, música, y slogan que lo identifique).
Servicio Social (Ss)
Es un servicio a la comunidad de información referente a:
defunciones, extravíos de personas, animales o cosas, solicitud de
colaboración, donaciones y auxilio público, entre otros.
Programas Televisivos (Pg)
Según la Ley de Radio y Televisión Mexicana clasifica la
programación en las siguientes categorías, mismas que, aunque no se describen
en dicha ley, hemos desarrollado para mejor comprensión:
1 Noticieros (N)
La filosofía del medio es la de informar, orientar, educar,
entretener y servir, abarca todos los géneros periodísticos de la prensa
escrita adaptada a televisión:
Informativos:
Nota, noticia, y entrevista: de pregunta y respuesta, de
opinión y de semblanza.
Interpretativos:
Reportaje y crónica ó crítica: noticiosa, parlamentaria,
deportiva, de sociales, local, de nota roja, cultural y literaria.
De opinión:
Editoriales, artículos de comentario, artículos de opinión.
Fuente:
Clasificación de géneros periodísticos presentada por
Guillermina Baena para géneros periodísticos impresos, en Géneros Periodísticos
Informativos, Ed. Pax, México, 1993.
2 Deportivos (D)
Transmisión de deportes públicos:
• Combates de boxeo, lucha libre, partidos de fútbol,
baloncesto, baseball, atletismo, tenis, equitación, y otros. Se incluyen
también las corridas de toros.
• Competencias mundiales, Olimpiadas, torneos, maratones,
carrera de autos y otros.
• Análisis y opinión de eventos, competencias, resúmenes de
los sucesos deportivos y taurinos.
3 Entretenimiento (E)
Gran parte de la programación de una estación televisora
llena sus espacios con este tipo de programas, buscados por los televidentes
para pasar el tiempo y divertirse:
Películas:
(Véase géneros cinematográficos.)
Series:
Miniseries, Biográfica, Suspenso, Aventuras, Melodrama.
Humorismo:
De escenas chuscas, hechos insólitos y cómico-musicales.
Concursos:
Juegos de azar, loterías y ferias.
Musicales:
Opera, comedia musical, revista musical, ballet, conciertos,
videoclips. (Véase géneros narrativos del videoclip.)
Variedades:
Crítica artística, revista, magazines, entrevistas y
comentarios picantes.
Telenovelas:
Capítulos seriados con una sola temática.
Reality Show:
Colocan a los participantes en situaciones “reales” para
observar su comportamiento, sin guión pero con una temática definida:
aventuras, concurso artístico, competencia profesional, algunas de sus
variantes son el talk show, dramality show (mezcla de drama y reality show) y
talent show.
De actualidades.
Este tipo de programas depende en gran parte de la
personalidad del conductor, locutor o animador que lo presenta y del interés
que sea capaz de despertar en su auditorio.
4 Cuestiones económicas y sociales (ES)
Programas especiales que por su importancia mundial no pasan
desapercibidos e irrumpen la programación cotidiana, como:
Actividades económicas:
Relaciones comerciales, operaciones bursátiles, taza de
cambio.
Acciones bélicas:
Secuestros, atentados, guerras, detonaciones nucleares.
Fenómenos naturales:
Como erupciones, terremotos, tornados, tsunamis.
5 Actividades de naturaleza política y religiosa (NPR)
Son aquellos programas que transmiten acontecimientos de la
vida pública, que por su relevancia afectan no sólo a la sociedad donde se
generan.
De actos públicos:
Elecciones políticas, discursos, debates, mesas redondas y
propaganda de partidos políticos.
De actos de fé:
Misas, sermones, celebraciones conmemoraciones, cualquier
otro evento religioso.
6 Programas culturales y educativos (CE)
Por lo general, diseñados como apoyo para Preescolar,
Primaria, Telesecundaria, Educación Superior, Postgrados, Diplomados y Cursos
de Educación a distancia.
Programas de Apoyo Escolar:
Ciencia y tecnología; historia y sociedad; ecología;
idiomas; educación y comunicación; salud y medicina y otros.
Programas de Cultura general:
Artes, costumbres y patrimonio cultural del mundo; artistas
y pensadores; deportes; música y artes escénicas; películas y documentales;
programas y series con fines educativos.
Programas de Educación Curricular:
Los cuales apoyan educación formal, están asesorados por un
coordinador local o a distancia por una institución educativa para validad sus
estudios.
Educación para la sociedad y Servicios a la comunidad:
Son programas de educación informal, es decir, no requieren
de validez oficial.
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